Sobre una mesita de madera, en el salón de mi casa, hay un bonito portarretratos. Es metálico y de tamaño mediano, con incrustaciones de nácar que reflejan la luz que por la ventana se cuela. Pero, a pesar de su hermosura, lo importante es la foto a la que sirve de soporte. Es una imagen en blanco y negro, la de una guapa joven de cabello corto y grandes ojos oscuros. La mujer mira al infinito, la cabeza ligeramente situada en perfil, tal y como era la moda de finales de la década de los 40. Un pañuelo de seda adorna su blanco cuello y una sonrisa velada alegra su bello rostro. En la esquina inferior derecha, en una tinta ya descolorida por el paso del tiempo, se lee: “De quien nunca te olvida y mucho te quiere. Loli”.
Ella es mi abuela. Mi sol. Mi tesoro. Y la foto, un regalo para mi entonces joven y apuesto abuelo. Por su amor de años eternos, que yo aún veo perdurar sobre la mesita de mi salón.
1 comentarios:
Dios!!!!
En los 3 días q no me meto no veas como has actualizado esto!!!!
Así me gusta q lo tenías un poco abandonadete!!!
Nos vemos Marta!
Suerte!
Cris.-
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