Porque a veces no sobran las palabras, ni las bonitas... ni las feas.
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miércoles, 24 de septiembre de 2008

El rebaño del cantante

10 de la noche, se apagan las luces generales y se ilumina el escenario, y te empujan, te manosean, la marabunta te vapulea y sientes que puedes colapsar. Alguien te estampa un eufórico beso y sientes que unas manos te alzan para, segundos después, volver a caer en el suelo. La música atrona y entonas la letra, o debería decir berreas, como todos los demás. Sois los borregos del cantante, aprisionados en una multitudinaria sala, pero felices de haber pagado para estar ahí.


¡Mañana me voy de concierto! ¡Y además con entradas de las buenas!

lunes, 22 de septiembre de 2008

ETA NO

Lunes 22 de septiembre de 2008, 1 de la madrugada. ETA, con su habitual cobardía, hace explosionar un coche bomba ante el patronato militar de Santoña (Cantabria). Como resultado, 6 heridos y un muerto, un brigada de nombre Luis Conde. Una acción reprobable que ha ajado, mutilado, la vida de una persona: de un ser humano.No es la primera vez en Santoña; ya en 2006 pusieron una bomba en el palacio de Chiloeches, sede del Partido de la Falange, pero afortunadamente no provocó más que los pertinentes destrozos materiales. Pero anoche fueron más allá y asesinaron. Que es lo suyo, con lo que disfrutan. Me dais verdadero asco.

La explosión fue tal que se hizo sentir hasta a 6 km. de distancia. Pudieron escucharla en poblaciones como Colindres o Gama. Y ya no hablemos de la onda expansiva, que causó numerosos daños en los aledaños del patronato y se hizo sentir por toda la villa. Como anécdota, en casa de mi abuelos (que está a un par de manzanas del lugar del atentado) se cayeron las cortinas de un cuarto, y a una amiga se le abrió de golpe y porrazo la ventana de su dormitorio (y eso que ella vive casi en el puerto, en la otra punta de Santoña). Según mi abuelo, ni siquiera en la Guerra Civil había escuchado una explosión de tal magnitud.

Los santoñeses, aterrorizados, salían anoche a las calles tras escuchar, y en muchos casos sentir, la explosión. La enorme columna de humo se veía desde todos los puntos de la villa. Muchas personas, presurosas, tan sólo habían acertado a ponerse una bata encima del pijama. Había muchos preocupados por amigos y familiares que viven en zonas cercanas, como Santoñuca.


ETA anoche se llevó la vida de una persona.

España llora hoy.

martes, 16 de septiembre de 2008

Dos cafés

Sobre la mesa de mármol de aquel destartaldo bar reposaban, fríos e intactos, dos cafés. La taza de uno de ellos aún continuaba siendo rodeada por cuatro crispados y pálidos dedos. La dueña de esa blanca mano continuaba mirando atónita a su interlocutor, con los ojos abiertos como platos y la boca aún abierta en una exclamación muda.

¿Podía ser verdad? ¿En serio la había citado en aquel feo sitio para soltarle ese bombazo bajo la excusa de "ponerse al día uno al otro"?

No entendía como dos personas que nunca se habían fijado la una en la otra, que nunca se habían atraído ni físicamente ni de ninguna otra manera, podían haber acabado besuqueándose en un sofá por el mero hecho de estar sentados uno al lado del otro. Tampoco entendía como esas dos personas al día siguiente, aún repugnadas en cierto modo por sus acciones, lo habían ido anunciando. Y por último, no sabía que necesidad tenía ella de enterarse.

Volvió a mirarlo, ahora con frialdad. Le estampó dos secos besos en las mejillas y se levantó para irse.

Los cafés se quedaron allí. Nunca nadie llegó a probarlos.