Porque a veces no sobran las palabras, ni las bonitas... ni las feas.
RSS

domingo, 21 de octubre de 2007

*Anuncios por palabras*


Sentía las páginas del periódico inusitadamente suaves bajo las yemas de mis dedos impregnadas de una tinta que todo lo ensuciaba. Hacía un sol fulgurante, tanto que me aplastaba contra el suelo recostada como estaba contra las patas de un banco del parque. Eran las 3 de la tarde, ni un alma en aquel solitario Madrid de agosto, sólo la hierba, mi periódico, el duro banco de madera, yo en vaqueros. Me sentía sola como nunca. Abandonada, dejada, extraña. No tenía a nadie a quien llamar. Tampoco nadie tenía que llamarme a mí.

Empecé a hojear aquel periódico por las páginas centrales, con desgana. Bla, bla, ¿es necesaria tanta noticia y tanta acuciante actualidad cuando estás vacía por dentro? Continué pasando páginas con mis dedos teñidos de negro hasta que algo atrapó mi atención:

Casado de 45 años busca mujer normal que quiera que la quieran. Madrid.

Oh, ¡estupendo! La sección de anuncios de palabras, reino de gente que necesita a otra gente. ¿Y éste cómo conseguirá que la señora que le responda se sienta querida? ¿Llevándosela a casa a cenar con su mujer e hijos? Seguí leyendo, entre divertida y llevada por la curiosidad:

Chico de 51 años, soltero y entero, busca chica de similar edad. Madrid.

Abrí la boca, estupefacta, mirando el anuncio con los ojos entornados. Me surgían montones de preguntas. ¿Con 51 años se sigue siendo un chico?; no es tan raro que se llegue a esa edad soltero, pero ¿y entero? ¿Por qué nunca ha echado un kiki? ¿Estará una mujer de 50 años dispuesta a estrenarle a estas alturas de la vida? ¿Y de otra cualquier edad? Me sentí tentada a responder a su anuncio, tan morbosa me sentía. Logré contenerme a duras penas.

Busco chica sin importar edad ni físico, rellenita o delgada. Yo chico cariñoso y amable, gustando cocinar, cine. Prometo discreción.

¡Qué conformista! Un desesperado. ¿Y para qué promete discreción? ¿Es que si quedamos con él no debería saberlo nadie? Uy, uy... Este sólo quiere comer y ver películas. Proseguí, saltándome aquellos anuncios que empezaban con un poco prometedor "chico de 45 años" o con un "casado busca...".

Chico joven no muy atractivo, normalito, con personalidad, trabajador, desea conocer una chica. Madrid.

¡Qué alarde de sinceridad! Por fin uno que no presume de estar dotado, de medir 1.90 o de tener unos desarrolladísimos músculos. El problema es que seguro que era del grupo de los "muy majos". No iba a poder soportar tanta normalidad.

Iván, extrovertido, alegre, buena persona. Deseo conocer una chica para compartirlo todo y ser felices. Madrid.

Releí varias veces este anuncio. Iván. Bonito nombre. De pronto el sol calentaba más fuerte, haciendo nacer unas finas gotas de sudor en mi frente, en mi espalda..., en mi escote. Extrovertido y alegre, afirmaba: justo el tipo de persona que yo necesitaba en este aburrido y largo verano sometida al ostracismo. Buena persona..., eso nunca está de más. Me removí súbitamente inquieta sobre la hierba, comenzando a tamborilear mis dedos sobre los márgenes del diario. Iván no describe como es él físicamente, ni qué edad tiene, ni qué tipo de chica es su tipo, pensé. Sólo quiere a alguien para dar su vida. Para dar su vida... ¿Y qué podría darle yo? En realidad no tengo nada. Tengo estos vaqueros, este periódico, tengo un bolso que contiene un monederito con 18€, mi carnet de identidad y mi teléfono móvil. Tengo mi ansia de novedades, tengo miles de horas para regalarle.

Pero ahora me doy cuenta de que poseo algo mucho más importante que todo eso: ganas de compartirlo todo y de ser feliz.

Hace apenas media hora que le dejé un mensaje en el buzón de voz de su número que la página de contactos señalaba. El sol de agosto sigue maltratando a este desolado Madrid estivo.


(Todos los anuncios han sido extraídos de publicaciones españolas).

1 comentarios:

Carmen_y_Yo dijo...

Sometida al ostracismo? Me gusta, me gusta.
Ya tienes el mío, corto, pero espero que valga. Buen finde!

Publicar un comentario